Restaurante Finca Alfoliz - Aljaraque, Huelva

Mangimondo

Local: es una casa de campo muy acogedora y amplia. También tienen terraza, aunque el clima no estaba para aprovecharla.

Servicio: amable, cercano y profesional.

Cocina: elaborada con sabor a producto de primera y toques especiales. Para disfrutarla.

Fuimos con un regalo de menú ya concreto y fue una gozada.

Repetiremos para seguir probando más de sus platos.

Lorena R. D. L. C.

Muy buena experiencia! El sitio es precioso, entre pinares, ambiente muy relajado y tranquilo. La comida de muy buena calidad y original. Un alto nivel. Pedimos el tartar de jarrete de jamon, la cebolla frita, siendo dos platos señas de identidad del sitio, pero sin duda lo que mas nos sorprendio fue el arroz ahumado de gambas y longaniza, simplemente espectacular.

MG

Íbamos con expectativas, dado el lugar al que íbamos. La comida empezó bien, la ensaladilla no era nada especial, pero estaba buena, la terrina de berenjenas nos sorprendió muy gratamente, aunque era innecesaria la cantidad de rúcula, podría acompañarse de otra manera. Las croquetas estaban buenas, pero no eran nada ligeras, resultaban bastante pesadas. Hasta ahí todo correcto, pero lo peor fue lo que venía… somos amantes de los buenos arroces y por ello decidimos pedir el arroz con solomillo de ibérico Sánchez Romero Carvajal… el solomillo lo pusieron pasadísimo de punto, estaba seco, duro y soso, muy escasa cantidad de solomillo y luego el arroz no tenía ningún tipo de gracia, muy simple y sin sabor, fue una decepción absoluta y que no recomendaría a ningún amante del buen arroz (sin hablar del precio para ese arroz…). Y por último la torrija, creo que no he probado una torrija con un sabor más desagradable, era un sabor desagradable y el helado de Inés Rosales no le acompañaba.

Sencillamente decepcionado.

Félix F.

Ideal para comer o cenar y tomarte un buen vino o espumoso. Comida exquisita y diferente de lo que estamos acostumbrado a comer en Huelva. Carta de vinos excelente (junto con las recomendaciones del propietario).
El lugar es un remanso de paz y buen gusto. Siempre que puedo voy. Servicio de 10

Gloria C.

Almorzamos con la opción del menú, cada plato era esencia de Huelva, se notaba lo casero y la dedicación que tenían, desde la elaboración de los platos hasta la atención del personal, el ambiente es hogareño y muy tranquilo, combinaciones perfectas para dedicar los sentidos a disfrutar de la experiencia.

Antonio T.

Finca de fácil acceso y aparcamiento a la entrada. El interior es muy bonito, pero nos sentamos en la terraza, ya que el tiempo lo permitía y fuimos con nuestro perro. Nada más llegar le pusieron un cuenco con agua y le hicieron carantoñas.
El servicio muy amable y pendiente en todo momento. Xanty hace de perfecto anfitrión y te hace sentir como en casa.
Pedimos varios platos de carta y destacariamos la terrina de berenjenas, el lomo de gamo con la parrillada de verduras y la torrija pobre.
Tienen una extensa carta de vinos, es bueno dejarse aconsejar si tienes dudas. Con nosotros acertaron. Repetiríamos.

Nazaret B.

Fuimos a comer tres personas, una de ellas estaba mala de la espalda y una de las camareras fue super atenta con ella, detalles que marcan la diferencia
La comida estaba buenísima, un ambiente totalmente acogedor
El servicio super amable y rápido, totalmente atento de nosotros en concreto una camarera rubia que era super agradable y nos explicó los platos fenomenal
Una experiencia sin duda para repetir

Andrés N.

Si tuviese que definir este restaurante con una palabra, sería "excelencia". Empezando por el lugar, es una absoluta fantasía. Finca de grandes dimensiones, con varias salas con una decoración excelente, respetando el espacio entre mesas, con todo tipo de detalles cuidados y acompañado por una zona exterior, que sin haberla disfrutado, debe ser una maravilla en las noches de verano. El personal es absolutamente profesional, en todo momento te hacen sentir como en casa, cuidando al comensal durante toda la velada, incluso el chef estuvo en las mesas, asesorando que elegir, para salir de allí con la mejor elección posible respecto a lo que vamos a comer. Respecto a la comida, toda de diez. Una ensaladilla de gambas que entró directamente entre las mejores que he comido nunca. Ligera, ingredientes de calidad y un toque de sal a la perfección. Muy buenas croquetas, el sabor a jamón es el principal atractivo de estas. Las gambas de Huelva, impresionantes, el toque de las brasas es único, junto a la calidad del producto, que no falla. Muy bueno el arroz de ortiguillas de mar. Se acentua el sabor de estas, al igual que el de la brasa, y la textura del grano estaba a la perfección. Se finalizó con una torrija, con un sabor “antiguo”. No sabría definir bien este postre, pero a mí me transportó de vuelta a cuando tenía 8 años.

Era normal escuchar en la mesa de al lado, que habían vuelto allí a comer justo un día después para probar otros platos, yo también lo habría hecho igual que ellos si me hubiera quedado más tiempo en Huelva.

Enhorabuena, en este restaurante encontramos todo lo necesario para los que nos gusta disfrutar de la comida.